Días de
añoranza. Añoranza a esas mañanas de la infancia. Recuerdos de olores como café
y tostadas y voces que delataban el revuelo en la cocina de madres y tías
poniendo orden entre todos los primos que éramos.
Estas cocinas rústicas grandes me recuerdan aquellas mañanas especiales compartidas en familia, delante de rebanadas de pan recién tostado, mantequilla y mermelada. Esos bancos que admitían todo tipo de posturas: unos sentados, otros sobre sobre cojines y los más pequeños hasta de rodillas para llegar bien a todos los platos.
Estas cocinas rústicas grandes me recuerdan aquellas mañanas especiales compartidas en familia, delante de rebanadas de pan recién tostado, mantequilla y mermelada. Esos bancos que admitían todo tipo de posturas: unos sentados, otros sobre sobre cojines y los más pequeños hasta de rodillas para llegar bien a todos los platos.
Cuando eres niño lo único que quieres es comer rápido para salir a jugar cuanto antes, pero cuando eres mayor recuerdas esos momentos con mucho cariño y nostalgia. Esta cocina podía encajar perfectamente con esa cocina de mi infancia. Amplia, rústica, con cierto aire industrial pero muy cálida. Perfecta para desayunos, comidas y sobremesas infinitas. ¿A quién no le gustaría pasar las horas en un sitio así?
Vía: Estilo Escandinavo
No hay comentarios:
Publicar un comentario