No es que me
haya dedicado a pintar el cuerpo de nadie este fin de semana. Ya que en dos
meses vamos a ampliar la familia, esta semana tocaba organizar un poco todas
las cosas que tenemos de la peque y teniendo tantos bodys para lavar, planchar
y guardar, ver un body blanco básico es ver un lienzo en blanco.
Llevaba ya
unos días queriendo hacer algo con alguno de ellos, y eso he hecho este fin de
semana. Vista la afición al deporte que hay en casa, he desempolvado las
pinturas para tela que tenía medio olvidadas por casa, y manos a la obra.
Pensaba que me costaría más tiempo diseñarlo que pintarlo, pero gracias al
síndrome del túnel carpiano que tengo en las dos manos por el embarazo, he
tenido que soltar cada poco los pinceles y esperar a que dejaran de hormiguear
los dedos.
Sin prisa pero sin pausa, en un par de días lo he dejado terminado. Lo bueno es que he podido comprobar que todavía recuerdo cómo se cogen los pinceles y que mi pulso continúa siendo bueno para trazar los detalles más pequeños.
Ahora lo que me queda es pensar cómo customizo el siguiente body. Ideas no me faltan...
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